Sus voces reavivan el espíritu festivo. La temporada navideña trae un ambiente de alegría y esperanza, y en las escuelas, esta magia se manifiesta a través de los coros navideños y la elaboración de la carta de los deseos por parte de los niños.
Mauricio Figueroa es profesor de música y director del coro. Este año ha logrado conformar un coro de 16 niños, que cantan a viva voz cómo si fuesen voces angelicales los tradicionales villancicos ecuatorianos, entre ellos: «Entre pajas y el heno» y «Ya viene el niñito«.
No son simplemente presentaciones musicales, también son expresiones artísticas que unen a la comunidad escolar en una celebración colectiva.
Hasmik Terteryan, madre de familia, se siente contenta al ver que su hija está involucrada en el coro y destaca la importancia de la música en los menores.
Detrás de cada actuación angelical se encuentra un proceso de preparación. Los ensayos para estos menores se convierten en momentos de aprendizaje, compañerismo y diversión.
Otra tradición encantadora en muchas escuelas durante las fiestas es la elaboración de cartas de deseos por parte de los niños.
Estas cartas van más allá que simples listas de regalos; son ventanas a los corazones de los pequeños, revelando sus sueños, esperanzas y expresiones de gratitud.
«Quiero que mi mamá se recuperé del cáncer»; «pido por la paz en el mundo»; «Que Dios bendiga a mi familia y amigos»; son parte de los deseos que escribieron los estudiantes.
En un mundo a menudo acelerado, estos pequeños nos invitan a detenernos y reflexionar sobre el verdadero significado de estas fiestas.