A una semana del asesinato de Fernando Villavicencio, simpatizantes le rindieron un homenaje en el mismo lugar donde sicarios acabaron con su vida. Esta vez si hubo un fuerte resguardo de seguridad e incluso se registró la presencia de investigadores del FBI.
Christian Zurita llegó al lugar portando chaleco antibalas y un casco. Dejó una ofrenda floral y leyó un extrato de un libro, «en tu nombre querido amigo», dijo el periodista.