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Un hombre engendró 96 hijos por una multa de tránsito

Dylan Stone-Miller, un estadounidense de 32 años que se ha propuesto conocer a los 96 hijos que tuvo tras ser donante de esperma.

Stone decidió hacerlo cuando tenía 20 años porque tenía la obligación de pagar una costosa multa de tránsito por conducir en estado de ebriedad. En ese entonces recibió 100 dólares por cada donación a un clínica.

Una década después, divorciado y convertido en ingeniero de software, recibió el siguiente mensaje por redes sociales de Alicia Bowes, una de las madres que había concebido una hija con su esperma: «Realmente espero que no te sientas violado de ninguna manera, pero es el Día de Acción de Gracias en Canadá y quería decirte lo agradecida que está mi familia contigo».

Este encuentro fue el catalizador que lo llevó a permitir que el banco compartiera su información y a crear una cuenta en Facebook, invitando a las familias que habían concebido un hijo con su donación a unirse a su red. Más de veinte familias aceptaron la invitación, la mayoría de ellas compuestas por mujeres solteras o parejas de mujeres. Además, gracias a la reducción del precio de los test de ADN ya no es tan difícil seguir tirando del hilo, confesó para el citado medio.

Por ahora, Stone-Miller ha establecido un programa de visitas con algunos de sus hijos, y su intención es crear un vínculo «abierto e indefinido» con sus descendientes. Sin embargo, un gran número de familias no está del todo de acuerdo con sus intenciones, y teme teme que sus hijos desarrollen un vínculo excesivo con el donante.

«No quiero que mi hija sienta que puede llamarlo ‘papá’ o de cualquier manera. Él no es su padre. Punto. Si ella dijera eso frente a nosotros, diríamos directamente: ‘Dylan no es tu papá. Él nunca será tu papá. No tienes un papá. Tienes un donante'», confesó una de las madres al citado medio.

«A medida que lo conocemos más, todos nos sentimos más cómodos. Pero mi sensación es que él se sentirá con más derechos, lo cual puede ser problemático. Necesitamos mantener suficientes muros para proteger a nuestras niñas y a nuestra familia, pero para hacer son lo suficientemente permeables como para que pueda entrar», confesó otra de las madres.