El obelisco de la Victoria de Riga, de 79 metros de altura y el último monumento soviético de estas características en la capital letona, fue derribado tras más de seis horas de trabajos en su base, última fase de la demolición de la controvertida columna, erigida en 1985.
Los elementos derribados del monumento se destruirán por completo y se eliminarán como escombros, para evitar que se roben partes de las estatuas como recuerdo.
Una pequeña concentración de personas tras el cordón policial vitoreó el derrumbe de la estructura, de 250 toneladas, que se completó a las 16.45, hora local de este jueves.
Video de la caída de la estela central del monumento a los Libertadores en Riga.
La demolición del monumento se completó ayer.
Letonia en decadencia. pic.twitter.com/QPNA2byHPi
— Lorena (@Afroditaa1984) August 26, 2022
Para muchos letones, el monumento, lugar de celebración de los ciudadanos de origen ruso para recordar la derrota sobre la Alemania nazi en 1945, representaba la represiva ocupación soviética del país báltico y no la “liberación” tras la caída del Tercer Reich.
Los rusoparlantes, que suponen alrededor del 37% sobre los apenas dos millones de habitantes del país, se reúnen cada 9 de mayo ante el monumento para celebrar el Día de la Victoria de la era soviética, mientras que gran parte del resto del mundo celebra el 8 de mayo como el día de la Victoria en Europa.
Antes de la pandemia, las celebraciones del 9 de mayo incluían coros que entonaban canciones soviéticas de la época de la guerra, discursos de algunos veteranos y la colocación de flores por parte de decenas de miles de residentes, principalmente rusos.