El Parlamento de Indonesia aprobó este martes una polémica reforma de su código penal que hace retroceder a la nación hacia varias décadas en los derechos alcanzados en materias de libertades sexual, religiosa y de expresión.
La reforma, la más amplia en la historia del mayor archipiélago del mundo (con 17.000 islas) incluye artículos en los que se prohíbe el sexo extramarital, la cohabitación entre parejas no casadas, la apostasía o la difamación contra los dirigentes.
Este recorte de libertades, promovido por su presidente, Joko Widodo, llega poco después de que el país y su mandatario recibieran un amplio reconocimiento internacional por la organización de la cumbre del G-20 que se celebró el pasado noviembre en Bali.
El nuevo código, que se aplicará tanto a indonesios como a extranjeros, ha sido aprobado con el apoyo de todos los partidos políticos a pesar de los temores de que la legislación ahuyente a los turistas de sus paradisíacas costas tropicales y perjudique las inversiones.
La nación de mayoría musulmana más grande del mundo, Indonesia, ha visto un aumento en el conservadurismo religioso en los últimos años. Ya se aplican estrictas leyes islámicas en partes del país, incluida la provincia semiautónoma de Aceh, donde el alcohol y los juegos de azar están prohibidos.
Los cambios al código penal no solo han alarmado a los defensores de los derechos humanos, quienes advirtieron sobre su potencial para sofocar las libertades personales, sino también a los representantes de la industria de viajes, quienes se preocuparon por su posible efecto en el turismo.
Antes de la votación del martes, grupos de derechos humanos y críticos advirtieron que el nuevo código “afectará desproporcionadamente a las mujeres” y reducirá aún más los derechos humanos y las libertades en el país de más de 270 millones de habitantes.