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La impensable razón por la que un multimillonario decidió no ir en el sumergible del Titanic

Las búsqueda del sumergible Titán finalizó el día de ayer con un comunicado oficial de la compañía encargada, OceanGate, tras anunciar el fallecimiento de las cinco personas que se encontraban en el interior de la nave. Sin embargo, había un tripulante que desistió a última hora y se salvó de la muerte.

Se trata de Chris Brown, un empresario multimillonario y también amante de las aventuras. Según reveló al diario The Sun, él pagó un depósito de 10.000 dólares para ir con su amigo Hamish Harding, el explorador británico que se encuentra entre los fallecidos.

Brown investigó y se pudo dar cuenta varios detalles que se convirtieron en signos de alerta y decidió no seguir adelante.

“Descubrí que , usaban viejos postes de andamio como lastre del submarino y que sus controles se basaban en tipos de mandos para videojuegos”, declaró al periódico británico citado.

Al respecto, un periodista de CBS, que viajó en ese sumergible en el verano boreal pasado, detalló que la nave se conduce con lo que parece ser un “joystick” de videojuegos.

Previo a su aventura, David Pogue tuvo un diálogo previo con Stockton Rush, el CEO de OceanGate, que según una fuente con conocimiento de la misión también está dentro de submarino. Allí, mientras el periodista y el ejecutivo dialogaban, Rush le mostró el control y pronunció: “Nosotros ejecutamos todo con este joystick de juegos”. El comunicador se mostró incrédulo:“¡Vamos!”, dijo, como si esperara que fuera una broma.

Por eso, al ser testigo de varias señales de alerta, Brown tomó una decisión: “Al final les envié un correo electrónico y les dije: ‘Ya no soy capaz de ir en esta cosa’”, agregó a The Sun. “Pedí que me devolvieran el dinero después de no estar muy convencido”.

Harding y Brown, dos amigos exploradores

Harding es un explorador experimentado. El año pasado fue turista espacial en un vuelo comercial de Blue Origin, la empresa comercial de Jeff Bezos.

Según indicó Brown, acordaron ir juntos en un viaje al Titanic tras tomar unas cervezas, mientras estaban de fiesta en la isla privada Necker del empresario Richard Branson, en 2016. Ambos pagaron un depósito del 10%. En ese entonces la aventura costaba U$100 mil, ahora su precio subió a US$250 mil.