El diario El País de España publicó detalles de la vida de Johan David Castillo, alias ‘Ito’, quien cometió el magnicidio en contra del excandidato presidencial Fernando Villavicencio.
‘Ito’ se llamaba Johan David Castillo López, de nacionalidad colombiana y de 18 años. Él murió durante el tiroteo del 9 de agosto en la avenida Gaspar de Villarroel, en Quito, tras matar a Villavicencio.
«Pobreza, exclusión y violencia», así describe en tres palabras Juan Diego Quesada, en su artículo titulado Vida y muerte de ‘Ito’, el sicario que cometió el magnicidio en Ecuador, publicado por Diario El País.
El sobrenombre «Ito» se lo puso su hermana, Michelle, quien de pequeño lo llamaba gusanito porque se movía a su cama con una gran habilidad. De ahí quedó con ese diminutivo. Ella asegura que ‘Ito’ era cariñoso; todos los días abría la puerta de su cuarto y le decía que la quiere mucho.
En su natal Colombia, la situación en la que vivía ‘Ito’ no fue fácil. A los 15 años ya era papá; no quiso ser de los padres ausentes como el suyo que desapareció. Trabajó en confecciones de ropa y en una obra de construcción donde, en las noches, vigilaba que nadie se robe el material.
En esos tiempos empezaron sus problemas con la justicia, ya que hirió de gravedad a un chico en una pelea y eso lo llevó a estar encarcelado dos años hasta los 17.
Según reporta El País, el cuerpo de ‘Ito’ fue entregado a sus familiares una semana después del crimen, quienes costearon la repatriación, y reposa en el Cementerio Central de Cali. Algo inusual es que no le pusieron el nombre en la lápida.
Según el reportaje, en los barrios conflictivos de Cali las redes criminales contratan a jóvenes sicarios que hagan el trabajo sucio. Matar a un desconocido cuesta USD 200. Si el blanco tiene nombre, la tarifa sube a USD 1.000, revela el medio citado.