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Día del padre: cómo construir vínculos saludables con los hijos

Durante siglos la idea de familia estuvo compuesta por la madre cariñosa y dedicada por completo a la crianza de sus hijos, que permanecía en el hogar, y el padre que ocupaba el rol de proveedor, era el “jefe del hogar”, responsable de imponer los límites. Pero eso cambió.

La nueva paternidad ha propuesto que la figura del padre deje atrás las prácticas autoritarias y distantes, para dar paso a la construcción de relaciones afectivas más sanas, colaborativas y equitativas. También busca la construcción de vínculos sólidos que involucran el compromiso y, sobre todo, la conexión con los hijos y la demostración afectiva.

Más allá de estos de estos nuevos conceptos, que a veces más y otras veces menos, son parte de la paternidad de la vida diaria, ¿qué significa ser padre hoy?

María Fernanda Rivas, psicóloga y psicoanalista, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, especialista en parejas y familias y autora de los libros “La familia y la ley” y “Familias a solas”, dijo al portal Infobae: “El Día del Padre es una buena oportunidad para pensar en otros aspectos de lo que significa ser papá, hijo o abuelo en los momentos actuales y detenernos a reflexionar qué vamos a festejar, en realidad. Ser padre es distinto a ‘sentirse padre’. No basta con un lazo biológico”.

“El sentimiento de paternidad se construye y puede atravesar distintas vicisitudes. Tener un hijo no siempre produce automáticamente su correlato afectivo. Hay muchísimas historias en las cuales el vínculo paterno-filial no se dió de entrada y se requirió ayuda para que este se creara (por ejemplo, de un ámbito “psi” o de la Justicia). O al revés, casos en los que todo funcionaba bien al principio y algo precipitó un distanciamiento (por ejemplo, una separación muy conflictiva de la pareja en la que el hijo queda en posición de tener que optar por uno o por otro, o en la adolescencia, en la que los hijos suelen rebelarse)”.

La psicóloga afirmó que sentir al hijo como “propio” forma parte de un proceso mutuo, de ida y vuelta, sujeto a complejos avatares: “A veces requiere tiempo, paciencia y también de que ese vínculo sea ‘habilitado’ por quien funciona como mamá. Además, que el padre (o quien cumpla este rol) esté presente, también dentro de la mente de la madre como un personaje respetado y valorado”.

Así se retroalimenta un circuito de reconocimiento y respeto mutuo, dijo Rivas y remarcó: “Es necesario que padres e hijos se puedan adoptar mutuamente, además de existir como tales dentro de una familia y una sociedad. Y esta es una dinámica permanente, que es necesario que se renueve en las distintas etapas de la vida”, destacó.

La licenciada Josefina Saiz Finzi, psicoanalista de Asociación Psicoanalítica Argentina y especialista en crianza niños y adolescentes, definió que la paternidad como “una función que desarrolla el padre en contacto con su hijo, desde que nace, que nunca termina y continúa toda la vida. Sin embargo, no es una función que se desarrolla sola desde el padre sino también desde la relación con el hijo. Cuando existe un padre sensible, que tiene un lugar trascendente en la relación padre-madre-hijo, este último podrá desarrollar una imagen segura -o insegura tal vez, pero siempre habrá una disponibilidad del padre, si él siente esa verdadera importancia que tiene su figura en la familia”.

Fuente: Infobae