El arrecife se encontró entre unos 400 y 600 metros bajo el nivel del mar sobre un monte submarino no cartografiado, un hallazgo poco común en aguas profundas.
«Una expedición científica en las profundidades descubre primer arrecife de coral totalmente prístino(que se mantiene inalterado), de aproximadamente 2 km (kilómetros) de extensión, a unos 400 metros en la cima de un monte submarino», escribió el ministro del Ambiente, José Dávalos, en Twitter. «¡Nuevamente Galápagos nos sorprende!».
¡Nuevamente #Galápagos nos sorprende! Expedición científica en las profundidades descubre primer arrecife de coral totalmente prístino, de aproximadamente 2 km de extensión, a unos 400 metros en la cima de un monte submarino, con abundante vida marina. Gracias #GalápagosDeep2023. pic.twitter.com/ld0cslL9yY
— José Dávalos (@ja_davalos) April 17, 2023
Los científicos consideraban que el arrecife Wellington, frente a la costa de la Isla Darwin, era el único que sobrevivió al evento El Niño en 1982 y 1983, pero el nuevo hallazgo demuestra que las comunidades de corales han subsistido durante siglos en las profundidades de la Reserva Marina de Galápagos, agregó el ministerio en un comunicado.
La estructura del arrecife tiene más del 50% de coral vivo, agregó.
«Tiene por lo menos varios miles de años sino muchos más de crecimiento y están en estado prístino», dijo Stuart Banks, investigador de la Fundación Charles Darwin, quien participó de la expedición. «No hemos encontrado arrecifes de este tipo en estas profundidades tan extensos».
Para la guardaparque Jenifer Suárez, participante de la expedición, “los resultados de esta investigación por las profundidades de la reserva marina, nos permitirán contar con información científica, indispensable para tomar medidas de manejo para conservar estos ecosistemas que sustentan la vida en el mar”.
Este descubrimiento fue posibles gracias a la utilización del Alvin, operado por el buque Atlantis que, durante 22 días, alberga la expedición científica GalápagosDeep2023, dirigida por científicos de la Institución Oceanográfica Woods Hole, Universidad de Bristol, Universidad Estatal de Boise y Universidad de Essex, en colaboración con la Dirección del Parque Nacional Galápagos, Fundación Charles Darwin e Instituto Oceanográfico y Antártico de la Armada Ecuatoriana (INOCAR).