Las escuelas de Suecia dan marcha atrás en el uso de las pantallas y vuelven a los libros de texto. El país nórdico llevaba meses debatiendo y cuestionando el uso de computadora y las tabletas en las aulas. Los resultados en el último informe Pirls (sobre compresión lectora) han hecho saltar las alarmas.
Suecia, un país de 10 millones de habitantes, obtuvo una puntuación de 544, 11 puntos menos que en la anterior evaluación, de 2016. “El informe Pirls es una señal de que tenemos una crisis de lectura en las escuelas suecas. En el futuro, el Gobierno quiere ver más libros de texto y menos tiempo de pantalla en la escuela”, ha defendido la ministra de Educación, Lotta Edholm, del ejecutivo conservador de Ulf Kristersson.
La ministra solicitó informes a más de 60 expertos sobre la digitalización de las aulas, entre ellos el Instituto Karolinska, uno de los principales centros educativos universitarios del mundo y referente en el campo de neurociencia. Todas las organizaciones consultadas llegaron a la misma conclusión: “Toda la investigación del cerebro en niños muestra que no se benefician de la enseñanza basada en pantallas”.
En los últimos 15 años, los ordenadores han sustituido a los libros de texto en las escuelas suecas. El Gobierno ha decidido ahora impulsar un programa para reintroducir los libros. Así, destinará 60 millones de euros este 2023 y 45 millones en 2024 y 2025 para recuperar los libros, y que cada niño reciba un libro por materia.
“Esto forma parte del plan para recuperar la lectura en las escuelas, a expensas del tiempo pasado ante las pantallas“, ha explicado la ministra, que está convencida de que eliminar las pantallas en las aulas será positivo para los estudiantes