Si se quiere ganar en la lotería, es común confiar en la suerte como factor determinante. Muchas personas recurren a prácticas supersticiosas como llevar una pata de conejo, practicar la bibliomancia o tocar madera. Sin embargo, en los años 80, el economista rumano-australiano Stefan Mandel presentó un enfoque distinto y mucho más efectivo: un algoritmo.
A lo largo de su extraordinaria carrera, Mandel consiguió ganar la lotería en un total de 14 ocasiones. Sus dos primeros premios los obtuvo en su Rumanía natal, donde trató de reunir el dinero suficiente para sacar a su familia del entonces país comunista y llevarla primero a Israel y luego a Australia, donde consiguió ganar la lotería otras 12 veces, según informó Business Insider.
El método de Mandel se basaba en un cálculo más bien básico: si compraba boletos con ciertos bloques de números específicos, podía asegurarse al menos el segundo puesto. En concreto, Mandel descubrió que, en ciertas loterías, el premio mayor superaba en más del triple el costo de comprar todas y cada una de las posibles combinaciones. De esta manera, suponiendo que pudiera adquirir todas las combinaciones de números, la inversión estaría prácticamente garantizada.
Con esta idea innovadora en mente, Mandel convenció a dos amigos en Rumanía para que se unieran a su plan, convirtiéndose así en sus primeros «inversores». Sin embargo, en lugar de lograr el segundo puesto, el trío tuvo un éxito aún mayor: ganaron el primer premio.
Según informó The Washington Post en 2019, una vez establecido en Australia, Stefan Mandel perfeccionó su plan para ganar en la lotería. Utilizando una habitación repleta de impresoras y un programa informático que él mismo creó, Mandel calculó meticulosamente la logística necesaria para adquirir todas las combinaciones de números de una lotería específica, garantizándose así el premio.
El único requisito era contar con suficiente dinero para comprar todos los boletos. Por lo tanto, Mandel buscó y encontró a más inversores dispuestos a participar en su plan, prometiéndoles una parte de las ganancias. Y el método funcionó de manera espectacular. Tanto él como sus inversores ganaron la lotería repetidamente. Según reveló en una entrevista para el programa de televisión «¿Cómo lo hicieron?» en los años 90, Mandel logró ganar 12 veces a lo largo de la década de 1980.
A pesar de haber sido investigado por el FBI y la CIA, no se encontraron pruebas de ningún delito. En total, a lo largo de sus 14 victorias en diferentes loterías, Mandel se embolsó millones de dólares en premios para él y sus inversores. Por ejemplo, en 1987, obtuvo un premio de 1,3 millones de dólares, de los cuales se llevó 97.000 dólares, según informó Business Insider.
Finalmente, Australia y Estados Unidos introdujeron tantos cambios en sus leyes de lotería que hacen que el plan de Mandel sea imposible hoy en día. Ya no se pueden comprar billetes de lotería al por mayor ni imprimirlos en casa, dos partes fundamentales de la fórmula de Mandel.
Desde el final de su exitosa y poco convencional carrera, según medios, Mandel lleva una vida tranquila en Vanuatu, una hermosa isla del Pacífico Sur conocida por sus impresionantes volcanes y cascadas.