El Desierto de Atacama es uno de los parajes más áridos de todo el planeta. Ubicado al norte del Chile, ha alcanzado los 50ºC a la sombra, según registra la Biblioteca del Congreso Nacional del país. Aún a pesar de las condiciones inhóspitas, que imposibilitan la vida humana en la zona, un vertedero inmenso de ropa ha causado daños ambientales sin precedentes.
A causa de la contaminación por «toneladas de deshechos textiles y otros artículos», según la cobertura de la AFP, la justicia chilena está investigando este vertedero clandestino. La ropa que se ha acumulado en el Atacama se encuentra en las cercanías de la localidad de Alto Hospicio. Hasta ahora, se sabe que la basura viene de Estados Unidos, Europa y Asia, según informa el tribunal ambiental que atiende el caso.
Los tribunales chilenos no sólo encontraron ropa en el Atacama. Por el contrario, las toneladas de residuos textiles se suman a las «llantas, repuestos de automóviles y electrónicos» que se han abandonado cerca de Alto Hospicio, según la AFP. Para los pobladores que habitan la región, sin embargo, este vertedero clandestino no es novedad.
Aunque la cobertura lleva meses, los artículos que se han arrojado en el Atacama llevan ahí años. Algunos de ellos, incluso, pueden verse parcialmente quemados, o enterrados entre la arena. En algunas fotografías, las dunas de arena se confunden con las de toneladas de ropa sin dueño.
Incluso en los desechos que se han encontrado se lee su procedencia. Aunque se encuentran en el lugar más árido del planeta, hay guantes de nieve y tenis para correr. Irónicamente, Chile es el país latinoamericano que más exporta ropa al extranjero. Según la cobertura de la BBC, de las «59 mil toneladas que entran al año, más de la mitad va a parar a vertederos clandestinos».
A diferencia de lo que podría pensarse, no toda la ropa en el Atacama es usada. Por el contrario, también se vierten ahí colecciones que no tuvieron éxito. Por lo cual, en las montañas de prendas se mezclan artículos de segunda mano con algunos completamente nuevos.
La ropa que ha sido descartada en el Desierto de Atacama representa un problema mayor para el ecosistema, porque no se desintegrará pronto. Por el contrario, según los cálculos que reporta la AFP, tardarán al menos 200 años en desintegrarse. Con ellas, toneladas de microplásticos ya se están entretejiendo con el sedimento desértico.