Desde el lunes Pakistán se llevó a cabo una gran operación de rescate, mientras la ayuda internacional empieza a llegar, para hacer frente a las inundaciones provocadas por las lluvias monzónicas, que ya han causado al menos 1.061 muertos.
Estas precipitaciones que comenzaron en junio “no tienen precedente en 30 años”, dijo el primer ministro, Shehbaz Sharif, durante una gira por zonas muy afectadas del norte para dirigir las operaciones de ayuda. “Hay un océano de agua por todos lados”, añadió.
Uno de cada siete paquistaníes, es decir más de 33 millones de habitantes, se han visto afectados por las inundaciones y cerca de un millón de casas quedaron destruidas o dañadas, según el gobierno.
Las lluvias en Pakistán
— rubeneus (@rubenanguiano) August 30, 2022
Según el último balance, publicado el lunes, de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), al menos 1.061 personas fallecieron desde el inicio del monzón en junio, 28 de ellas en las últimas 24 horas. Las autoridades seguían intentando acceder a los pueblos aislados en las zonas montañosas del norte del país, lo que hace temer un aumento del balance de víctimas.
Clima Extremo 🔴 Terribles inundaciones en Pakistán. pic.twitter.com/Vr9tBsvdOd
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El monzón, que suele durar de junio a septiembre, es esencial para el riego de las plantaciones y la reposición de los recursos hídricos del subcontinente indio. Pero también conlleva catástrofes y destrucciones. Este año, la ministra del Cambio Climático, Sherry Rehman, lo calificó del “monzón monstruo de la década”. Los responsables paquistaníes atribuyen estos fenómenos extremos al cambio climático y aseguran que el país sufre las consecuencias de las prácticas medioambientales irresponsables de otras partes del mundo.
Las lluvias de este año pueden ser comparadas con las que se desarrollaron en el año 2010, donde murieron aproximadamente 2.000 personas y dejaron casi una quinta parte del país anegado.