En el 2022 solo había 42 países con una legislación que prohibiera usar cigarrillos electrónicos en interiores, lugares de trabajo y el transporte público. Y solo 23 naciones ponían límites a la publicidad de estos productos e incluían mensajes o eslóganes disuasorios.
Algunos de estos productos, inicialmente vistos como alternativas a los cigarrillos tradicionales, contienen nicotina, la sustancia más adictiva del tabaco, y pueden tener un impacto directo en el desarrollo cerebral de quienes los consumen, especialmente en los jóvenes menores de 20 años.
Según el informe de la OMS, el consumo temprano de cigarrillos electrónicos puede llevar a los jóvenes a ser fumadores tradicionales en un futuro. Los países más desarrollados tienen sus regulaciones para limitar su uso.
La organización hace un llamado a implementar más medidas para evitar el uso de saborizantes en los cigarrillos electrónicos, una acción que solo cuatro Estados habían realizado.
Por otro lado, México, Venezuela, Brasil, Argentina y Uruguay, han prohibido la venta de cigarrillos electrónicos, con nicotina.