La Copa del Mundo celebrada en Qatar está dando mucho de qué hablar en todos los sentidos. En cuanto a tecnología se refiere, es el primero que tiene lugar a finales de año y sobretodo, con estadios completamente innovadores y con muchas características especiales.
Uno de ellos es el Estadio 974. Está ubicado en West Bay a orillas del Golfo Pérsico, en una de las zonas más industriales de Doha, donde también se ubica una de las centrales eléctricas más importantes del país.
El estadio, con capacidad para 40.000 espectadores, está construido con contenedores de transporte y es el primer estadio portátil en la historia de la Copa del Mundo.
Los trabajos de desmontaje de este estadio comenzaron tras el triunfo de Brasil sobre Corea del Sur (4-1), el último encuentro que se disputó en dicho recinto, dejando paso a zonas verdes y de recreación.
El concepto del gigante fue diseñado por Fenwick Iribarren Architects, una firma española con sede en Alcobendas, Madrid. Los arquitectos y la organización querían construir algo más que no se desperdiciara después de la Copa del Mundo. E hicieron algo muy diferente.
Es un estadio formado por 974 contenedores de transporte, un homenaje a la historia industrial y al prefijo internacional de Qatar (+974), con un aspecto y unos colores muy llamativos. Es el único estadio de la Copa del Mundo sin aire acondicionado, pero es un espacio abierto con ventilación cruzada y cercano al mar.
Los colores de los contenedores tienen sus propios significados
Los colores de los contenedores no fueron elegidos al azar y cada uno de ellos tiene su propio significado. Los arquitectos Mark Fenwick y Javier Iribarren han querido dar un toque único y diferente:
– Los contenedores azules representan oficinas y tiendas de comestibles;
– Los contenedores amarillos, baños;
– Los pasillos y pasajes al estadio son rojos;
– Las áreas de seguridad son verdes;
– Los contenedores de color negro representan las salas de oración de las mujeres;
– Y, por último, los contenedores grises son las salas de oración de los hombres.
Además, cada contenedor tiene un código QR para su identificación y posicionamiento y orientación para un fácil montaje. A todo esto se suma que es un estadio que se puede desmontar al cabo de unos 8 meses, que será de igual forma en otro lugar según las indicaciones de los arquitectos.
¿A dónde se enviará?
Se habló de que se haría una donación a un país africano, aunque la prensa europea comenzó a señalar hace semanas que podría rearmarse en Uruguay.
Para que ello suceda, debería prosperar la candidatura del país para albergar el Mundial 2030 junto a la Argentina, Chile y Paraguay.