Una investigación publicada por la Universidad James Cook, en Australia, ha logrado desentrañar los misterios del pasado climático de la Antártida occidental mediante el estudio del ADN del pulpo de Turquet (Pareledone turqueti).
Este pequeño habitante de las profundidades marinas se ha convertido en una «cápsula del tiempo» que arroja luz sobre cuándo colapsó por última vez la gigantesca capa de hielo que envuelve la región.
El estudio, basado en el análisis genómico de 96 pulpos de Turquet recolectados en diversas ubicaciones a lo largo de los años, ha confirmado las sospechas de los geocientíficos: el colapso más reciente de la capa de hielo de la Antártida occidental tuvo lugar hace más de 100.000 años durante el Último Interglacial.
El ADN de estos pulpos ha actuado como un testimonio silencioso de la historia climática de la región, revelando que las poblaciones de Turquet estuvieron genéticamente conectadas hace aproximadamente 125.000 años, durante el Último Interglacial, coincidiendo con el colapso de la capa de hielo. Este hallazgo es crucial dado que la Antártida occidental es una de las principales contribuyentes al aumento global del nivel del mar en la actualidad.
La elección del pulpo de Turquet para la investigación se basa en su movilidad limitada, lo que facilita la observación de las poblaciones locales. La innovación y emoción de utilizar el ADN de estos animales como una herramienta para explorar la historia climática de la Antártida han sido destacadas en el informe, subrayando la importancia de aprovechar recursos inusuales para comprender nuestro pasado y futuro climático.