El núcleo de la Tierra se ha frenado y es posible que esté girando en sentido contrario a la superficie del planeta, según un estudio publicado este lunes en Nature Geoscience. El patrón puede tener efectos globales, como acortar los días en unas fracciones de segundo e influir en el clima y el nivel del mar.
El núcleo es una esfera de hierro casi puro a más de 5.000 kilómetros de profundidad y tan caliente como la superficie del Sol.
Los autores del trabajo son Yi Yang y Xiaodong Song, del Instituto de Geofísica Teórica y Aplicada de la Universidad de Pekín, en China. Ambos han intentado resolver un enigma vigente desde que, hace unas décadas, se confirmó que la Tierra contiene un planeta dentro de otro.
El resultado fue inesperado. Desde 2009, los registros sísmicos, que antes cambiaban con el tiempo, apenas mostraban diferencias. Esto, sugería a los expertos que la rotación del núcleo interno se había detenido.
«Mostramos observaciones sorprendentes que indican que el núcleo interno casi ha cesado su rotación en la última década y puede estar experimentando un retroceso«, escribieron en el estudio.
«Cuando se observa la década entre 1980 y 1990 se ve un cambio claro, pero cuando se observa de 2010 a 2020 no se ve mucho cambio», añadió Song.
El giro del núcleo interno está impulsado por el campo magnético generado en el núcleo externo y equilibrado por los efectos gravitatorios del manto. Saber cómo gira el núcleo interno podría arrojar luz sobre cómo interactúan estas capas y otros procesos en las profundidades de la Tierra.
Sin embargo, la velocidad de esta rotación, y su variación, es objeto de debate, afirma Hrvoje Tkalcic, geofísico de la Universidad Nacional de Australia, que no participó en el estudio.
«El núcleo interno no se detiene por completo», afirmó. El hallazgo del estudio, dijo, «significa que el núcleo interno está ahora más sincronizado con el resto del planeta que hace una década, cuando giraba un poco más rápido».
«No está ocurriendo nada cataclísmico», afirman
Song y Yang sostienen que, según sus cálculos, un pequeño desequilibrio en las fuerzas electromagnéticas y gravitatorias podría desacelerar e incluso invertir la rotación del núcleo interno. Creen que esto forma parte de un ciclo de siete décadas, y que el punto de inflexión anterior al que detectaron en sus datos en torno a 2009/2010 se produjo a principios de la década de 1970.
Tkalcic, autor del libro «The Earth’s Inner Core: Revealed by Observational Seismology», afirmó que «el análisis de datos del estudio es sólido». Sin embargo, las conclusiones del estudio «deben tomarse con cautela«, ya que «se necesitan más datos y métodos innovadores para arrojar luz sobre este interesante problema».
Cómo puede afectar el frenazo del núcleo
Aunque se ha creado cierta alarma alrededor de la noticia de esta ralentización del giro del núcleo de la Tierra, la verdad es que el impacto que puede tener en las vidas de quienes habitamos la última de las capas terrestres, la corteza, es mínima.
Como todo el mundo sabe, la Tierra tarda 24 horas en girar sobre sí misma, es decir, 1440 minutos, o lo que es lo mismo, 86.400 segundos en dar un giro completo de 360 grados.
Las diferencias detectadas por el estudio son del orden de 0,1 grados por año, es decir, una cantidad muy pequeña teniendo en cuenta que cada año se producen 365 giros de 360 grados.
A nivel científico esta diferencia en el giro sí puede generar un cambio pero es tan pequeña que no producirá cambios perceptibles para el ser humano. Según los investigadores, el día se podría llegar a alargar o acortar una milésima de segundo respecto a los últimos 50 años.