En el Hospital Padre Colombo, ubicado en Parintins en el Amazonas brasileño, una mujer dio a luz a un bebé que mide 59 cm de alto y pesa 7,3 kg, según el portal internacional BBC.
Angerson Santos nació por cesárea y el término utilizado para describir a recién nacidos como él es macrosomía (del griego «cuerpo grande»).
El bebé más pesado del mundo del que se tiene registro pesó 10,2 kg cuando nació en 1955 en Italia.
A modo de comparación, los niños recién nacidos pesan una media de 3,3 kg y las niñas 3,2 kg.
La madre, Cleidiane dos Santos, tiene 27 años y acudió la semana pasada al hospital para hacerse una revisión rutinaria y comprobar exhaustivamente el estado de su embarazo.
Los médicos determinaron que el bebé era demasiado grande y que no podría terminar la gestación de manera natural, por lo que prepararon una intervención urgentemente.
Apenas 24 horas después, Cleidiane se sometía una cesárea de la que nacía Angerson.
La mamá, que estuvo varios días recuperándose en el hospital mientras el bebé descansaba después del parto prematuro, fue dada de alta del hospital sin presentar complicaciones para los médicos.
¿Por qué ocurre la macrosomía?
Ciertos factores aumentan el riesgo de una mujer de dar a luz a un bebé gigante, uno de ellos es el peso corporal.
Las madres obesas tienen el doble de probabilidades de tener un recién nacido con macrosomía.
Y la subida excesiva de peso durante el embarazo también aumenta el riesgo de macrosomía.
La diabetes gestacional es otro factor de riesgo. Los médicos del hospital Padre Colombo atribuyen el tamaño de Angerson al hecho de que su madre tiene diabetes.
Parte de esta condición se debe a un aumento de la resistencia a la insulina en la madre durante el embarazo (incluso en aquellas sin diabetes gestacional), lo que aumenta la cantidad de glucosa que atraviesa la placenta hacia el feto y hace que el feto crezca en exceso.
Un embarazo tardío también aumenta las posibilidades de tener un bebé macrosómico.
Una edad materna superior a 35 años hace que sea un 20% más probable que el bebé tenga macrosomía.
La edad del padre también cuenta. Una edad paterna superior a 35 años aumenta el riesgo de macrosomía en un 10%.